Este artículo se fundamenta en la revisión realizada por S. Pérez-de la Cruz (2015) en la revista Neurología, “Parálisis cerebral infantil y el uso de sistemas de posicionamiento para el control postural: estado actual del arte”
La parálisis cerebral (PC) es un grupo de trastornos neurológicos que causan problemas en el movimiento, el equilibrio y la postura.
El control postural depende del sistema visual, somatosensorial y vestibular, siendo el sistema nervioso central el que interpreta y ejecuta la información recibida.
En los niños con PC, se genera un desequilibrio muscular que afecta tanto la sedestación (posición sentada) como la bipedestación (posición de pie). Una complicación bastante frecuente son las alteraciones en la cadera, situación que deriva en dolor y limitaciones funcionales durante la adolescencia y edad adulta.
Los sistemas de posicionamiento—dispositivos y ortesis diseñados para mantener posturas adecuadas—son herramientas utilizadas en la práctica clínica.
Se pueden clasificar en dos grandes categorías:
1. Sistemas Dinámicos
Permiten cierto grado de movimiento, adaptándose a las necesidades del niño durante actividades diarias.
Ejemplo de aplicación:
Combinación de toxina botulínica A con ortesis de abducción (como la ortesis SWASH), que facilita la separación de las caderas de 6 a 8 horas al día.
Ventajas:
- Mejor tolerancia por parte del niño, al ofrecer flexibilidad en la ejecución de movimientos.
- Potencial para reducir la necesidad de intervenciones quirúrgicas y tratamientos repetitivos, al mejorar el control postural de forma gradual.
Limitaciones:
- Los resultados positivos, si bien observables, no siempre son estadísticamente significativos debido a la variabilidad en la respuesta de cada paciente.
2. Sistemas Estáticos
Ofrecen un posicionamiento fijo, manteniendo de forma constante la cadera en una posición de abducción (por lo general, a 20°), lo que ayuda a cubrir la cabeza femoral con el acetábulo.
Ejemplo de aplicación:
Asientos y dispositivos de posicionamiento utilizados durante períodos prolongados, incluso durante el sueño, para asegurar una postura estable.
Ventajas:
- Eficaces en el control de la progresión de la asimetría de cadera cuando se usan de forma continua (mínimo 5 a 6 horas diarias) y por periodos largos (más de 18 meses).
- Contribuyen a disminuir la incidencia de luxación y subluxación.
Limitaciones:
- Pueden resultar incómodos para algunos niños, lo que puede llevar a una baja adherencia al tratamiento.
- La naturaleza estática del dispositivo puede limitar la movilidad en ciertos contextos, haciendo necesaria una cuidadosa adaptación y seguimiento.
La revisión de la literatura revela hallazgos clave que evidencian el impacto positivo de los sistemas de posicionamiento en niños con PC. Tanto los sistemas dinámicos como los estáticos han demostrado su capacidad para reducir el avance de la luxación de cadera, lo cual es crucial para prevenir asimetrías y evitar complicaciones futuras en la adolescencia y la edad adulta.
Además, la implementación temprana y constante de estos sistemas se asocia con una menor dependencia de intervenciones invasivas. Al estabilizar la cadera y mejorar el control postural, se reduce la necesidad de recurrir a tratamientos quirúrgicos y al uso repetido de toxina botulínica, lo que resulta en un abordaje terapéutico menos agresivo y más sostenible a largo plazo.
Por último, un control postural adecuado permite que el niño realice sus actividades cotidianas de manera más segura y con mayor autonomía, lo que repercute de forma positiva en su funcionalidad y calidad de vida. Este avance contribuye significativamente a un desarrollo global más armónico, facilitando la integración social y mejorando la experiencia diaria tanto del niño como de su entorno familiar.
Para optimizar los beneficios de los sistemas de posicionamiento, es fundamental seguir ciertas pautas:
- Intervención Temprana:
Iniciar el tratamiento lo antes posible aumenta la eficacia, ya que las posibilidades de revertir o prevenir alteraciones en la postura son mayores en las etapas iniciales del desarrollo. - Uso Continuado y Consistente:
Se recomienda el uso mínimo de 5 a 6 horas diarias durante períodos prolongados. La constancia es clave para observar mejoras en el control postural. - Adaptación Personalizada:
Cada niño es único. Es importante trabajar de la mano con el equipo multidisciplinario (fisioterapeutas, neurólogos, terapeutas ocupacionales) para ajustar el dispositivo según las necesidades individuales y garantizar la mayor comodidad posible. - Seguimiento y Reevaluación Periódica:
Las visitas regulares al especialista permiten ajustar el tratamiento y evaluar su efectividad, asegurando que se realicen los cambios necesarios conforme el niño crece y se desarrolla. - Apoyo Emocional y Práctico:
La implementación de estos sistemas puede suponer un reto tanto para el niño como para la familia. Participar en grupos de apoyo y buscar asesoría especializada puede facilitar el proceso y brindar un espacio para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento.
En resumen
El uso de sistemas de posicionamiento para el control postural representa una herramienta valiosa en el manejo integral de la PC. Estos dispositivos, tanto en su modalidad dinámica como estática, ofrecen beneficios claros en la prevención y el control de asimetrías en la cadera, lo cual repercute en una mejora de la funcionalidad y la calidad de vida del niño.
Sin embargo, es crucial que las familias y cuidadores comprendan la importancia de la adherencia al tratamiento y del seguimiento continuo por parte de un equipo multidisciplinario. La intervención temprana, la personalización del tratamiento y el apoyo emocional son pilares fundamentales para maximizar los resultados positivos y enfrentar de manera realista los desafíos que puedan surgir durante el proceso.